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jueves, 16 de febrero de 2017

La Violencia Juvenil


La delincuencia es el resultado de la descomposición social y moral que sacude la sociedad desde hace varios años  y  está íntimamente relacionada a la falta de empleos; planes de atención de las necesidades de nuestra juventud; programas de prevención del delito; a la inmoralidad de los gobernantes y la pérdida de valores en la familia. Abordar este mal con medidas simples, significa que no se comprenden las causas del problema o sencillamente, no hay voluntad política de los que gobiernan y de muchos que se denominan de oposición, para enfrentar la delincuencia desde la raíz.

Prevención, represión y atención; son las tres cosas que debemos aplicar, siendo la ciudad de Puerto La Cruz uno de lugares ideales para un plan piloto en el combate del de la inseguridad.  Recordemos que las ideas son hechos materiales que llegan al cerebro como el órgano del pensamiento, a través de los sentidos; por lo tanto, sí los niños y jóvenes de los colegios públicos o privados entre 6 a 16 años (el 83% de la población entre esas edades cursan estudios en algún instituto) comenzaran ha recibir mensajes y orientaciones de manera sistemática sobre las drogas y el comportamiento que  deben tener; sería un programa con resultados favorables, pero lamentablemente los gobernantes prefieren que el dinero sea utilizado en cosas menos importantes que el desarrollo integral de nuestros hijos.

La droga es el común denominador en los hechos delictivos, pero los que vivimos en los barrios sabemos que los puntos de distribución se mantienen intactos a pesar de ciertas visitas domiciliarias por parte de la policía; manteniendo intacta la estructura de comercialización de este millonario negocios de unos pocos pero en detrimento de una población en estado de pobreza y llena de conflictos emocionales, tal como en la actualidad que el 45% de los venezolanos se sienten deprimidos. Han sido incapaces  de desarticular la cadena de distribución del narcotráfico, pero más incapaces han sido en atacar el lavado de dólares, como la fase de mayor rentabilidad de este macabro negocio y los verdaderos cabecillas de la fábrica de delincuentes, ya que un nuevo consumidor representa más ganancias para esta "próspera empresa".

Hablar de la delincuencia sin abordar los casos de los ladrones de cuello blanco (ahora rojos), es no entender que los delincuentes de los barrios o de ciertas urbanizaciones son el resultado de una sociedad enferma desde lo más alto de la estructura gubernamental. Los corruptos, los incapaces y derrochadores de las grandes riquezas del país, han contribuido en el deterioro moral de las últimas generaciones.

Hace 30 años la moralidad y actitudes del venezolano era otras; por lo tanto la delincuencia, o por lo menos en la magnitud que hoy enfrentamos, no está relacionada exclusivamente a las diferencias socio-económicas, ya que siempre existió en nuestro país la exclusión social o política. El afán de la riqueza fácil, alinearse políticamente por conveniencia (clientelismo político), utilizar los recursos del Estado con fines particulares, mantenerse ajeno a los males del prójimo, ver la lucha por el poder político como la búsqueda del reparto de un botín y tantas deformaciones morales o de valores; ha sido el resultado de los malos dirigentes y gobernantes. Por esta razón hay que sacar estos falsos revolucionarios del poder y evitar el regreso de las cúpulas del pasado.

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